"La producción porcina usa la última tecnología disponible, pero la eficiencia, la rentabilidad de la granja sigue estando en las manos de las personas que administran los recursos productivos, si ellos están bien, la eficiencia será máxima. Para esto debemos ocuparnos de la persona que es cada trabajador, introducir tecnología humana, que las personas sean capaces de comprometerse, de comunicarse productivamente, de construir confianza y esto necesita de metodología, y cuando aprenden lo hacen.
Mejoran las relaciones, mejora la convivencia, las discusiones son constructivas, el ambiente de trabajo se disfruta y las personas quieren quedarse, disminuye la rotación y aumenta la rentabilidad.
La idea es capturar esa rentabilidad que está pendiente por que lo humano no ha sido atendido hasta ahora"