Y es que no solamente los crecimientos en las exportaciones se produjeron en China, con prácticamente un 97 % de variación interanual, sino que otros países como Hong kong y Corea del Sur evidencian también crecimientos mayores al 30%.
Esta tendencia en las exportaciones iniciada a mediados del 2016 se ha observado también en el primer trimestre de 2017, donde de nuevo se observa que China, Corea y Japón, e incluso nuevos invitados como Filipinas han sido destino de la carne española.
La exportación de carne de cerdo supone el 1,5% del total de exportaciones de España, y alcanza el 14 % de las exportaciones de los productos agroalimentarios, habiendo subido 3 puntos porcentuales en el año 2016 y exportado a más de 130 países diferentes según datos del Ministerio de Agricultura. Son datos que nos colocan, sin lugar a dudas, como líderes mundiales junto a Alemania y EEUU.
También ha sido un período de aprendizaje, y lo ha sido especialmente en los procesos de exportación, ya que los aumentos comentados anteriormente han potenciado un modelo diferente al de tiempos pasados, donde nuestros principales clientes (y lo siguen siendo) distaban menos de 1500 o 2000 kilómetros. La carne congelada es ahora el principal tipo de carne exportada. Del aproximadamente 20 % que aumentó la exportación de la industria cárnica en el año 2016, la carne fresca aumentó apenas un 8 %, siendo la variación interanual de la carne congelada superior al 30 %.
Por tanto, a nivel empresarial, y ante la estabilización de las demandas asiáticas de carne, la adecuación de las instalaciones y la homologación de las mismas serán requisitos indispensables para continuar el avance de las exportaciones. La incorporación de túneles de congelación para una correcta preparación del producto antes de su expedición. En este sentido también el sector debe apostar por desarrollar mediante innovación nuevas tecnologías que permitan la exportación de carne refrigerado a los países asiáticos.
Las homologaciones de las instalaciones cárnicas también están siendo y lo serán otro punto crítico en el proceso, y todos los eslabones de la cadena alimentaria porcina tendremos que establecer los esfuerzos necesarios para conseguir el objetivo final. También la administración del estado adquiere un papel importante, ya que productos nuevos que puedan ser requeridos por nuestros clientes deben ser homologados antes de poder ser exportados.
En el final de primavera y comienzo del verano, y debido a los altos precios del cerdo, los pedidos del gigante asiático han disminuido, y tan sólo Japón, Corea y el resto de la UE (que de forma generalizada ha visto disminuido su censo y su nivel de producción) han compensado la retirada de China. Se intuye, tras las primeras prospecciones comerciales, que de cara al otoño aumente de nuevo la demanda importadora de China, y será momento entonces de disputar ese volumen de venta con otros países exportadores como EEUU, país que se verá favorecido por la conversión euro-dólar y por una mayor producción interior.
Y en esta disputa cobrarán una relevante importancia los valores por los que ha apostado con fervor la industria cárnica española y que han aupado de forma exponencial el bien hacer de todos los actores de la misma.
● Bienestar animal
● trazabilidad
● seguridad y calidad alimentaria
● innovación en los productos
● respeto al medio ambiente
● amplia variedad de productos.
Pero, ¿cuáles pueden ser los motivos para exportar un producto? Posiblemente la ambigüedad de la pregunta pudiera ser contestada con decenas de respuestas, pero a continuación quedan enumeradas algunas de ellas.
● Diversificación y oportunidades de crear nuevos mercados
● Continuar creciendo ante la saturación del mercado
● Aprovechar la demanda de determinados productos según las diferentes culturas
● mejora de la imagen empresarial
● posibilidad crecimiento y conseguir equilibrio frente a otros competidores internos
De la misma forma podríamos preguntarnos ¿cuáles pueden ser los obstáculos para exportar? Y aunque también se admiten multitud de respuestas, algunas trabas que seguro se ha encontrado el sector en el pasado son las siguientes:
● Dificultad de acceso a los compradores potenciales en el extranjero
● información de los mercados internacionales y las prácticas comerciales locales
● carencia del canal de distribución adecuado
● largas distancias
● fluctuaciones en el tipo de cambio monetario
● imposiciones del país de destino para utilizar productos locales en el proceso de producción
● condiciones de contratación de mano de obra dificultosa por diferencias lingüísticas y culturales.
Continuemos por tanto trabajando en los valores de la industria cárnica, con el objetivo de permanecer en la pole position de los países exportadores.
Raúl Gutierrez Navas. Director de comercialización de Red Ganadera Caspe