David tiene cinco años y es de Valderrobres. Estudia en el colegio Gloria Fuertes de Andorra desde septiembre y, en estos dos meses, sus avances en psicomotricidad son más que evidentes, según explican sus profesores.
Padece el síndrome de Angelman -una enfermedad física acompañada de discapacidad intelectual-, y ayer fue el encargado de mostrar el aula especial con la que cuenta el centro andorrano y que ha sido mejorada gracias a una subvención de 5.000 euros por dos años, de Cooperativa Ganadera Caspe. Consciente de que era el más observado de la sala, David vivió diferentes experiencias sensoriales que le permiten seguir avanzando en su formación y desarrollo así como mejorar su movilidad.